martes, 10 de mayo de 2011

Hotel Rwanda, genocidio en Ruanda.


Hotel Rwanda lleva por título un largometraje dirigido por Terry George del año 2004. El mismo cuenta la historia de Paul Rusesabagina (Don Cheadle) y su familia durante el genocidio de Ruanda. Basada en una historia real, nos muestra las vicisitudes del protagonista para proteger a su familia y vecinos de la violencia que imperaba en el país subsahariano.



El genocidio de Ruanda consistió en el exterminio en menos de 100 días de 1.000.000 de habitantes (11%de la población) de la etnia "tutsi" por parte de los "hutus" quienes gobernaban en 1994.

Como lo hizo Oskar Schindler, Paul Rusesabagina encarnó el arquetipo de "héroe anónimo" al salvar la vida de más de 1200 Tutsis y Hutus moderados. Como asistente de dirección a cargo del Hotel "milles colines" utilizó sus contactos para evitar que quienes se refugiaban en su hotel caigan en manos de las masacres perpetradas por las milicias Interahamwe.

Paul, hijo de un agricultor Hutu y una madre tutsi relata en el libro 'Un hombre corriente' sus vicisitudes. El título del libro parece poco adecuado para describir la experiencia de Rusesabagina. Sin embargo, él remarca que es "un hombre corriente". "Antes del genocidio era director de hotel, durante el genocidio lo seguía siendo, pero en circunstancias distintas, los clientes cambiaban pero yo los hospedaba como un hotelero" afirma en la contratapa el autor del libro.


El hotel "Miles Colines", perteneciente a una cadena Belga, era de 5 estrellas, allí se hospedaban personalidades y muchos de los jerarcas militares. Esta parte de la história es sumamente irónica ya que luego acudieron allí los refugiados, cuando desde sus mismas instalaciones se planeó en muchos casos su exterminio.

El mundo permaneció ajeno a esta situación, las grandes potencias no intervinieron y la ONU envió solo 300 cascos azules para intentar apaciguar a la población.

El genocidio estuvo bien planeado. En el momento del inicio de la matanza, la milicia ruandesa estaba compuesta por 30.000 hombres (un miembro por cada diez familias) y organizados a lo largo del país con representantes en cada vecindario. Algunos miembros de la milicia podían adquirir rifles de asalto Ak-47 con sólo rellenar un formulario. Otras armas, como granadas no requirieron ningún papeleo y se distribuyeron masivamente.

El genocidio fue financiado, por lo menos en parte, con el dinero sacado de programas de ayuda internacionales, tales como la financiación proporcionada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional bajo un Programa de Ajuste Estructural. Se estima que se gastaron 134 millones de dólares en la preparación del genocidio—ya de por sí una de las naciones más pobres de la Tierra—con unos 4,6 millones de dólares gastados sólo en machetes, azadas, hachas, cuchillos y martillos . Se estima que tal gasto permitió que uno de cada tres varones hutus tuviera un machete nuevo.

El primer ministro de Ruanda, Jean Kambanda, reveló que el genocidio se discutió abiertamente en reuniones de gabinete, y cómo una ministra de gabinete dijo que estaba "personalmente a favor de conseguir librarse de todos los tutsis... sin tutsis todos los problemas de Ruanda desaparecerían".

"Si se tiene un mal gobierno, una mala política y se crea una histeria masiva se puede generar un genocidio en cualquier parte del mundo. Fue posible aquí en Ruanda porque la gente que quería el poder político estaba dispuesta a cualquier medio par obtenerlo. Entonces usaron una población analfabeta, generaron miedo y crearon enemigos potenciales, si esas condiciones se dieran en cualquier parte del mundo morirían otra vez miles de personas"
Tarcisse Karugarama, acutal ministro de Justicia de Ruanda.



Esta es la historia de un héroe que emergió de entre la demencia colectiva.


Extra: Evidentemente en toda historia hay un Argentino dando vueltas.

http://www.youtube.com/watch?v=a5BmgFxE5RM&feature=related